top of page
La distancia necesaria

Me inquieta saber el final de la historia porque no se puede cambiar. Los momentos intermedios, que pueden traer tanta alegría, también se detienen para pensar en este destino preestablecido. Entonces la felicidad desaparece y me distancio de la situación intentando congelarla, como si la estuviera viendo desde afuera pensando cómo la voy a recordar en el futuro. Quiero postergar el fin, quedarnos un ratito más y poder eludir la angustia el mayor tiempo posible. Una dualidad incontrolable entre lo efímero del tiempo y mi incapacidad de detenerlo. Logro disfrutar pero siempre está presente una nostalgia próxima. 

Cada vez que me encuentro en un momento feliz desaparezco, me distancio. Como si verlo desde afuera me permitiera congelarlo y guardarlo para más tarde. Quiero dejar de pensar en cómo voy a recordar la situación y solo estar, pero la dualidad siempre está presente. Escabullirme en un huequito y encontrar tranquilidad para apreciar dónde estoy. Sé que va a terminar, tiene su fecha límite preestablecida. Conozco lo efímero del tiempo y, aunque esta idea sea constante, acepto mi lugar en ella. 

bottom of page